El 588.º Regimiento de Bombarderos Nocturnos soviético, integrado exclusivamente por mujeres, que constaba de 80 integrantes, voló en más de 23 000 misiones de combate y arrojó 3000 toneladas de bombas sobre los invasores nazis en un lapso de cuatro años, convirtiéndose en un activo crucial para ganar la Segunda Guerra Mundial. Eran vistas como una de las mayores amenazas para los soldados alemanes y eran tan odiadas y temidas que cualquier aviador nazi que derribara una recibía la prestigiosa medalla de la Cruz de Hierro.
Las Brujas de la Noche estaban comandadas por la Mayor Marina Raskova y la mayor Yevdokía Bershánskaya. Compuestos en su mayoría por adolescentes y voluntarias de poco más de 20 años, los nazis las apodaron Nachthexen o "brujas nocturnas", porque el silbido que hacían sus aviones de madera se parecía al de la escoba de una bruja cuando volaban sobre territorios enemigos y luego apagaban sus motores, permitiendo que sus aviones se deslizaran sobre sus objetivos y arrojaran sus bombas en silencio. Este sonido fue la única advertencia que tuvieron los alemanes. Las mujeres tomaron el insulto de las Brujas de la Noche como un cumplido. Pasaron un año de entrenamiento intensivo, aprendiendo no solo a volar, sino también a navegar y mantener el avión, un entrenamiento que normalmente tomaba varios años en completarse.
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