Ana Flores nació el 8 de agosto de 1994 en Málaga. Ana entró en el bachillerato de Salud, para luego meterse en la carrera de medicina en la Universidad de Málaga. Hoy en día tiene 28 años y es toda una profesional en su especialidad (oftalmología), siendo una chica dedicada a su trabajo el cual ama y le hace realmente feliz. Ana es una chica cercana y amable que le gusta mantener contacto con la gente, ya sean pacientes o personas externas. 

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Dentro del instituto a Ana le apasionaba la química. Siendo una asignatura que no solo tenía que memorizar, sino que también, tenía que entender y razonar para poder hallar la solución. Esta cualidad de la química le hizo gustarle, pero aún así no se decantó por esta carrera. Aunque nos cuenta como se lo llegó a replantear seriamente ya que también le atraía la docencia, terminó eligiendo Medicina. Ana nos cuenta como su media de notas no solía bajar del 9, ya que como muy bien sabrán los que realizan los estudios de bachillerato, para carreras como Medicina, Física y Química, Biomedicina, etc, se debe tener una nota bastante alta en la EVAU. Por ello, aunque no fue nada fácil, como bien nos dice, pudo lograr sacar la nota que debía para poder así entrar en la carrera que deseaba. 

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Ana entró en la carrera de Medicina en la Universidad de Málaga en cuanto acabó el bachillerato, eligiéndola por pura vocación. Como bien nos cuenta, es una persona que sabe como tratar a la gente y sabía que ese trabajo iba a poder utilizar esa cualidad que tan bien se le daba y se le da. Además de ser una chica estudiosa, como bien hemos resaltado antes. Siendo otra cualidad que carreras como medicina requieren mucho. 

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Ana desde muy pequeña tenía medio claro que quería estudiar eso, gracias al gran ejemplo de su padre. Aunque hubo algunos momentos de duda, al final terminó por decantarse por esta carrera, asegurándonos que no se arrepiente y que le hace inmensamente feliz. A Ana le apasiona su especialidad, Oftalmóloga. Siendo una especialidad que le permite realizar pequeñas cosas, para resolver grandes problemas. 

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Al entrar en la carrera, Ana nos cuenta como había bastantes más mujeres que hombres, algo que es extraño, pero nos demuestra que el mundo va cambiando y se está consiguiendo esa desigualdad entre hombres y mujeres. Y que ese dicho de: "Mujeres a Enfermería y hombres a Medicina" se está volviendo algo anticuado.  

En cuanto a lo laboral, aunque sí es verdad que en cuanto a encontrar empleo no fue difícil, ya que al hacer el MIR le dieron una plaza. En el trato con clientes, hay ocasiones en las que algunas personas le preguntan si es ella la enfermera, o le hacen preguntas sobre todas las intervenciones que ha dado, etc. Siendo algo que como bien nos afirma, sabe que seguramente estas preguntas no se las hacen tanto a los hombres. 

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Ana nos cuenta que en el caso de tener enfrente a su misma yo cuando estaba en el instituto, se diría a sí misma que se calmase y relatizara, además de  que no se agobiara tanto, ya que es normal que queramos sacar la máxima nota, pero el agobiarse al extremo no es algo bueno para nuestra salud. Aconseja a los jóvenes de hoy en día que nos esforcemos y que luchemos por lo que queremos, pero que también lo hagamos con calma ya que el estudio no es lo más importante. 

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Para terminar, Ana nos comenta esa cercanía suya con las personas, y que sus mejores momentos no fueron momentos en sí, sino grandes personas que le marcaron.