Pilar Guerrero nació el 12 de octubre de 1981 en Estepona, Málaga. Fue una estudiante del Monterroso, instituto el cual sigue existiendo y sigue teniendo relevancia en Estepona.

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Pilar es la Titular de Universidad en la Universidad Carlos III de Madrid desde hace  5 años. Pilar es una mujer resiliente, que sabe adaptarse a las nuevas circunstancias. Pero sobre todo, sabe enfrentarse a problemas y superarlos con esfuerzo y creyendo en sí misma. 

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Pilar Guerrero estudió el bachillerato tecnológico siendo una estudiante que amaba como claramente todos se intuyen, las matemáticas. Afirma que les gustaba gracias a esa capacidad de poder explicar muchas cosas, con solo algunas suposiciones. Pilar sin esforzarse, en materias como matemáticas, física y química (materias que les gustaba y se le daban bien) solía sacar notables, algo que le bastaba. Señalando que no llegó a más ya que en ese etapa no se esforzaba lo suficiente, algo que nos demuestra que si no eres una persona de matrícula, no significa que no vayas a llegar a nada en la vida. Es más, Pilar no era una chica de dieces y ha llegado a ser Titular de una gran Universidad de Madrid. 

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Ella desde sus 6 años quiso dedicarse a esta carrera, gustándole desde que calculaba en el famoso libro Rubios, dónde hacía problemas de manzanas y peras. Pero además, dentro de bachillerato, una profesora de matemáticas, llamada Mª del Carmen, la inspiró a que se metiera a esta carrera.  Algo curioso, es que dos de sus profesores la incitaron a meterse en ingeniería de caminos, ya que uno de ellos, el de dibujo técnico, le decía que la carrera de ingeniería tenía más salidas y que además, le dijo: “No es una carrera para mujeres”. Siendo un comentario que le dijeron varias veces en su vida y que tuvo que soportar simplemente por ser mujer. Además, ese profesor le aseguraba que si se metía en esa carrera de matemáticas, acabaría siendo profesora de instituto, algo que a Pilar no le gustaba. Estos comentarios eran ignorados por la profesora de matemáticas, que cada día le aseguraba que esta materia se le daba bien y que debía dedicarse a lo que ella quisiera. Vemos como Pilar pudo ignorar todos los comentarios del profesor y hacerle caso a su corazón. Metiéndose tras la duda, en la Universidad de matemáticas en Granada. 

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Pilar es un claro ejemplo del: “Sé lo que quieras ser sin importar la opinión de los demás”.  Tras esta etapa Pilar se fue a  Granada a estudiar la carrera de matemáticas. Nos asegura que se metió para entender el mundo de las matemáticas, y por ese amor hacia las matemáticas abstractas. Siendo en la carrera unas matemáticas totalmente diferentes a las que se ven en la ESO o en bachillerato.  

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Su familia le apoyó en su decisión durante toda la elección de carrera aceptando que si ella quería hacer eso, debía hacerlo. 

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Al entrar el primer día en la carrera no notó diferencia con respecto al sexo. Pero posteriormente, con respecto a lo laboral, pudo ver esa diferencia, ya que las mujeres suelen meterse en trabajos como profesoras de instituto. Es más, en su departamento de matemáticas, nos contó que tan solo hay 5 mujeres de 75 personas que lo forman. 

Tras terminar la carrera, al ser una gran estudiante y trabajadora, los profesores confiaron en ella y pudo encontrar rápido trabajo. Nos asegura que ella se rodeó durante mucho tiempo por hombres y siempre la trataron como una igual. Siendo ahora una Titular de Universidad, dando clases de ingeniería a sus alumnos e investigando (dedicando un 50% en cada uno). Pilar es una persona muy feliz haciendo lo que hace, es más, nos asegura que una de las cosas que más le llena, es cuando un alumno se le acerca en clase y le da las gracias ya que gracias a ella ha entendido lo que están dando.  

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Al dar clases a gente joven, le preguntamos si veía todavía esa diferencia entre sexos, a lo que desgraciadamente nos respondió que así era. Esta respuesta es algo que se debe tomar como la oportunidad para que esas chicas que hoy en día quieren ser matemáticas, ingenierías o de cualquier rango de la rama STEAM entren sin importar las opiniones y que sean esas chicas que desafíen el sistema y marquen la diferencia para que dentro de unos años al preguntar lo mismo, nos aseguren que las cosas han mejorado y que ya no se nota la diferencia. 

Pilar es una mujer constante y como bien dije, resiliente, que tras todos los obstáculos que le pusieron, pudo derribarlos y seguir adelante siendo siempre fiel a sí misma y a su forma de pensar.

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